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18.11.2014 16:21 | Tecnología | Tratamiento no quirúrgico

Endermología, la gimnasia cutánea

Además de su empleo en la celulitis y como complemento de la lipoescultura (tanto antes como después), también es utilizado en las alteraciones venosas, linfáticas y, especialmente, en el tratamiento de fibrosis y adherencias postquirúrgicas o traumáticas. También, gracias a su acción relajante y calmante, actúa positivamente contra el estrés.

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La endermología es un tratamiento no quirúrgico que se basa en el masaje intenso del panículo adiposo mediante rodillos y aspiración de la superficie cutánea.

Está indicada para mejorar la apariencia de la celulitis, o “piel de naranja”, sin cirugía, combatiendo los depósitos grasos que la causan.

Es indolora y no sustituye a la liposucción. También puede ser utilizada después de ésta para disminuir más rápidamente la hinchazón.

¿Qué patologías trata?

Trata la celulitis actuando sobre los tejidos conjuntivos hipodérmicos, estimulando la vascularización, la eliminación de toxinas y los intercambios intercelulares y movilizando el “gel conjuntivo” para devolverle toda la suavidad.

Reduce la retención de líquidos, favoreciendo el funcionamiento de los sistemas venoso y linfático y es capaz de moldear el cuerpo y reducir volumen, potenciando la lipólisis en los niveles más profundos de la grasa, tanto en el hombre como en la mujer.

En cuanto al nivel epidérmico, esta técnica lleva a cabo una exfoliación que elimina las células muertas y le devuelve a la piel su brillo natural.

Así, entonces, da respuesta a los principales problemas estéticos de la mujer y se puede adaptar a casos concretos. Por ejemplo, si se utiliza dentro de un régimen de adelgazamiento, optimiza los resultados gracias a la acción mecánica sobre las grasas más profundas de las zonas afectadas por la celulitis al estimular las funciones de eliminación del propio organismo, además de tonificar la piel en el momento que lo necesita.

¿Cómo trabaja?

Consiste en la aplicación sobre la piel afectada de celulitis de un cabezal que, al mismo tiempo, aspira y succiona la piel, traccionándola y estimulando la circulación sanguínea y linfática en su profundidad. Se realizan movimientos suaves y profundos para definir y moldear la figura.

Con ello se logra favorecer la circulación y, por lo tanto, la irrigación del tejido celulítico; reducir la retención de líquidos y el volumen; reducir la fibrosis, que es la responsable de la piel de naranja, devolviéndole la elasticidad a la piel, y realizar una exfoliación que elimina las células muertas y devuelve a la piel su brillo natural.

El equipo de endermología produce una presión negativa pulsante que logra un doble enrollamiento y desenrollamiento continuo del pliegue cutáneo mediante el desplazamiento de un cabezal transparente, en cuyo interior dos rodillos de resina antiadherente producen las ondas de plegamiento del tejido.

La acción conjunta de los rodillos motorizados que enrollan y desenrollan la piel y los movimientos aplicados de forma rítmica modifican la densidad de los tejidos, lo que mejora el intercambio intercelular y de líquidos.

Esta movilización actúa como una gimnasia cutánea que reestructura el tejido conectivo y estimula la circulación sanguínea y linfática, facilitando la eliminación de toxinas, a la vez que libera los elementos que bloquean el sistema vascular.

Además, estimula a los fibroblastos para la producción de colágeno y elastina, recuperando la tonicidad de la piel sin actuación invasiva.

Gracias a esta gimnasia cutánea que reestructura el tejido conjuntivo y facilita la eliminación de toxinas, se libera el bloqueo del sistema vascular y linfático desencadenando un proceso natural de eliminación de toxinas y líquido, con la consiguiente disminución de volumen y mejoría del aspecto de piel de naranja (tonifica y reafirma la piel).

Al aumentar la microcirculación local, la endermología permite restaurar la troficidad del tejido conjuntivo y mejorar el aspecto y la tonicidad de los tejidos de todo el cuerpo.

¿En qué zonas se puede utilizar?

Se utiliza en: espalda, abdomen, cintura, caderas, muslos, rodillas, pantorrillas, rostro.

Se adapta perfectamente a cualquier condición y zona corporal y proporciona resultados que sorprenden por su efectividad, tanto desde el punto de vista fisiológico como estético.

El tratamiento, aplicado sobre el rostro, también contribuye a atenuar las arrugas y a reducir los volúmenes localizados, tonificando de forma natural los tejidos, relajando y proporcionando bienestar.

Además de su empleo en la celulitis y como complemento de la lipoescultura (tanto antes como después), también es utilizado en las alteraciones venosas, linfáticas y, especialmente, en el tratamiento de fibrosis y adherencias postquirúrgicas o traumáticas. También, gracias a su acción relajante y calmante, actúa positivamente contra el estrés.

En lo que respecta a la lipocirugía, resulta útil para preparar y suavizar el tejido conectivo subcutáneo antes de la intervención.

También se utiliza para mejorar los resultados después de las intervenciones. Así, tras una liposucción, trata la formación de edemas y equimosis residual reduciendo la celulitis y corrigiendo posibles asimetrías en aquellas zonas que, de otra manera, no se hubiesen podido beneficiar con la intervención.

¿Cómo son las sesiones?

Para no traumatizar la piel se utiliza una malla de cuerpo entero.

Los resultados son comprobados tomando las medidas y haciendo fotografías del antes y después del tratamiento.

Los movimientos se seleccionan en función del morfotipo de cada paciente, de su edad y del tipo de tratamiento. Cada zona se somete a tratamientos respetando la naturaleza de los tejidos y sus problemas concretos.

El nivel del contacto del cabezal con la piel se adapta a las mismas particularidades.

Son necesarias unas 15-20 sesiones de 35 minutos, una o dos veces por semana, complementadas con un régimen alimenticio y una elevada ingesta de agua.

Para mantener los resultados son necesarias sesiones posteriores puntuales de mantenimiento.

¿Qué complicaciones puede causar?

Aunque puede decirse que no tiene complicaciones, es importante resaltar que en ningún momento el paciente puede sentir molestias y, mucho menos, dolor, indicativos de que se está utilizando con una potencia excesiva capaz de causar daños como hematomas, neuralgias, o incluso, aumento de la flacidez cutánea.

Más info:
Tel (54 11) 4556-1570 / 4553-1962
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